Unificar: Hay dos tareas encomendadas, definir el recinto del complejo y la construcción del pabellón de entrada. El proyecto debe ser un todo, en forma y materia. No es una acción puntual.

Esconder: Crear la sorpresa de lo desconocido. Se crea un velo que nos oculta lo que está tras de él. La sorpresa posterior será mayor.

Preparar: El nuevo edificio se convierte en filtro, una preparación para lo visita de la cripta. La atmósfera, los materiales, la entrada de luz establecen el tono.

Recorrer: El pabellón aparece como una serie de 6 paredes. La forma se desintegra; el edificio se convierte en recorrido.

Materialidad: La capacidad plástica del ladrillo es explotada jugando con diversos aparejos, colores, texturas...